martes, 18 de septiembre de 2012

RAZON AMOROSA HUGO CHAVEZ

Por: Farruco Sexto


La causa humana es la razón de las razones, el motivo de los motivos, la causa de todas las causas. Ella las contiene todas.
Quien comprende eso, y lo asume, llevándolo a su alma, se convierte en un revolucionario. Es un revolucionario.
Lo será uniendo inteligencia y sensibilidad. Enlazando los argumentos con las emociones. Conectando el rigor de la conducta con la bondad.
Ninguna injusticia le será ajena. Ninguna exclusión, ninguna opresión.
Convertirá su vida en una pasión infinita por los otros. A ellos le dedicará su mayor aliento sin eludir esfuerzo alguno.
Hay gente así.
Por ejemplo: Chávez.
Estoy seguro de que siempre lo fue y lo sería, independiente de cómo se movieran las piezas en el ajedrez de la existencia.
Hoy muchos lo identifican, es verdad, pero pudo no haber sido conocido. Llegó a ser el líder de un movimiento y luego de todo un pueblo. Pero pudo no haberlo sido. La historia tiene muchos caminos. A veces se asienta sobre fracasos y discontinuidades. No siempre se alcanzan las metas. Las circunstancias pesan mucho.
Quiero decir que Chávez pudo haber sido simplemente un oficial subalterno, en Apure o, quien sabe, en algún lugar perdido llano adentro o en las montañas de Trujillo. Pudo haberse mantenido por siempre en un segundo o tercer plano, sin que llegáramos millones a conocerlo.
No importa. De todas formas sería el mismo.
De eso estoy bien seguro. En cualquier caso, hubiera sido el mismo Chávez de hoy en lo esencial, humanamente hablando. Una persona entregada a los demás. Feminista. Indigenista. Antirracista. Solidario con los débiles y desamparados.  Padre de los oprimidos. Confrontador de desafueros y abusos. Transformador subversivo de la realidad.
El mismo de hoy. El que sabemos.
No hay mentira ni hipocresía en su compromiso con la causa humana.  No es una construcción discursiva.
Está en su manera de ser y de entender el mundo. Su condición humanista no es un ropaje que se coloca para la ocasión. Es el soporte de toda su vida.
Si los humildes no contaran con él, no sería Chávez.

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