martes, 18 de septiembre de 2012

RAZON AMOROSA HUGO CHAVEZ

Por: Farruco Sexto


En 1981, bajo la dirección de Alfredo Maneiro, nos propusimos editar una publicación del Agua Mansa llamada la Letra R. El primer número estuvo dedicado al tema del Compromiso.  En él introdujimos una sección denominada Los fantasmas de la Casa del Agua Mansa donde, entre esos fantasmas, estaban Lenin, Ho Chi Min, el Che, Cesar Vallejo, Rosa Luxemburgo y otros conocidos espíritus revolucionarios. ¿Saben quien no estaba? Nada menos que Simón Bolívar. Tampoco Sucre y otros próceres de la Independencia.
Fue una provocación evidente de Alfredo, harto de un Bolívar de estatuaria, de laureles, de academias, lejano a su pueblo. Un Bolívar que no despertaba cada cien años. Alfredo era un provocador nato. Creo que buscaba introducir un elemento de conmoción intelectual en el seno de la izquierda.
Chávez se preocupó con esa ausencia. Él lo ha contado. Incluso ha dicho que le escribió una carta a La Causa con tinta roja que parece que nunca llegó.
Porque para él, para Chávez, Simón Bolívar era el centro, la piedra angular de cualquier tarea de transformación. Y si lo era, había que reconocerlo desde el origen de los esfuerzos.
En efecto, Hugo Chávez lo ha hecho así desde siempre, desde el inicio de su vida política. Con él, Bolívar está allí todo el tiempo acompañándonos. Con Chávez, Simón ha bajado de los pedestales, se ha despojado de los laureles, ha roto con las academias y ha salido a la calle con nosotros.
¿Quién no conoce hoy día a Bolívar mucho más que antes? ¿Quién no se siente hoy infinitamente más hijo de Bolívar, no en lo formal, en lo declarativo, sino en la entrañas, en el latido mismo de la existencia?
Podemos decir, y digo, que para la mayoría del pueblo este Bolívar de carne y hueso, de visión antiimperialista, de pasiones liberadoras eternamente presentes, de sueños de felicidad colectiva, nos lo ha dado Chávez. Él lo ha traído hasta nosotros. Le ha puesto su nombre a la revolución y a la patria haciéndole justicia en su condición de padre.
Y lo ha invitado a que participe al lado nuestro en la lucha para conquistar por fin la Independencia definitiva.

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